Los perros no usan pantalones: Cuando el ahogo alivia el dolor

 

La película finlandesa de 2019, Koirat eiyi kää housuja, en inglés Dogs don´t wear pants, que en español se traduciría como Los perros no usan pantalones, del director Jukka-Pekka Valkeapää, narra la tragedia del cirujano cardíaco, Juha, quien ha tenido que lidiar con la pérdida de su esposa quien se ahogó hace años, y que por ello su dolor permanece intacto sin poder reconciliarse con ese trágico hecho; con una hija preadolescente que quiere encontrarle una pareja sentimental y un trabajo rutinario, el protagonista pronto descubrirá la manera de apaciguar la pérdida.

 


La actriz Krista Kosonen en el papel de Mona

Inesperadamente, por las circunstancias de la vida, Juha conocerá a Mona, una dominatriz que se encargará de sodomizarlo con la técnica de la asfixia, la cual forma parte de la estimulación sexual, y que Juha frecuentemente la pedirá con insistencia, ya que puede ver a su difunta esposa; es un momento en el que logra sentirse cerca de ella por un instante.

 


Mona y Juha

¿Cómo puede esta modalidad sadomasoquista como la asfixia consolar el dolor de una pérdida? Es cierto que quienes gustan de ser sodomizados necesitan una liberación, un acto que los lleve a un placer que les ayude a expulsar heridas emocionales, frustraciones, y también, porque es un camino que los lleva al orgasmo sexual; si bien es el placer de estar a punto de morir lo que estimula la excitación, es un pequeño paso hacia la muerte, ese tránsito de agonía que se convierte en un escape, un proceso liberador que Juha siente, y del que necesita ver a su esposa, quien por la ironía de la vida, falleció ahogada en un lago. Parece que la vida le da la oportunidad de utilizar ese mismo mecanismo de ahogamiento para verla, y de paso, la asfixia lo induce a darse una oportunidad con la vida.



Juha interpretado por el actor Pekka Strang

La transgresión hacia uno mismo es el consuelo que muy pocos se arriesgan a afrontar el dolor; es ese abismo que atraviesan con todos los peligros que implica cruzar al otro lado donde está la oportunidad de respirar un aire más puro; es el renacimiento de Juha para volver a bailar, disfrutar y reír después de tanto tiempo. Es un peligroso consuelo para la liberación.

El sadomasoquismo, más que un tabú, es un proceso que permite un confort que no se encuentra en los parámetros "normales" de la sociedad conservadora; es la posibilidad de elevar la estimulación sexual a lo más alto, y de contemplar la satisfacción bajo otras condiciones que, aunque no dejan de ser peligrosas y viciosas, son las maniobras que aportan vitalidad en algunos hombres y mujeres. La asfixia sigue siendo polémica, ya que si no se llega al límite sería fatal para quien la solicita, pero es una de las prácticas sodomitas más utilizadas para desafiar precisamente ese límite, para sentir esa delgada línea entre la vida y la muerte. Juha encontró un alivio a su sufrimiento, y de esta manera, pudo hacer una tregua con su dolor mediante el ahogamiento, una práctica sexual que advierte sobre la muerte, sin embargo, en este caso, fue el mediador de la vida.

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