La escalera de Jacob: El descenso al infierno

La escalera de Jacob es una película que se estrenó en el año 1990 y que hasta el día de hoy sigue siendo una obra maravillosa y digna de ver. 

Dirigida por Adrian Lyne, esta obra de arte cuenta la historia de Jacob Singer, interpretado por el actor Tim Robbins, un excombatiente en la guerra de Vietnam que debe lidiar con el pasado traumático de la guerra, junto con la pérdida de uno de sus hijos. Los recuerdos, las alucinaciones, el dolor y el desconcierto de vivir una vida que parece irreal son las mortificaciones que tiene que soportar el protagonista.

Por otra parte, La escalera de Jacob se ajusta al relato bíblico sobre el sueño de Jacob con la escalera donde asciende ángeles y que es la puerta al cielo, un ascenso que para Singer es cada vez más difícil, ya que está sumergido en el infierno, del cual, no logra desprenderse.

El actor Tim Robbins interpretando a Jacob Singer en la película La escalera de Jacob 

La frase que uno de los personajes comenta es clave para entender lo que vive Jacob y hace referencia al teólogo alemán Meister Eckhart: "Lo único que arde en el infierno es la parte de ti que no se va de tu vida. Si tienes miedo a morir y te estás resistiendo, verás demonios arrancándote la vida; pero si estás en paz, esos diablos se volverán ángeles que te liberarán de la tierra". Jacob se aferra al dolor y al sufrimiento. Su única liberación es descansar, es decir, aceptar la muerte y dejar ir todo de él.

Por otro lado, también se centra en la crítica de los supuestos experimentos con drogas que realizó el ejército norteamericano con algunos soldados en la Guerra de Vietnam, para hacerlos más belicosos, y que acabó siendo un desastre mental, entre ellos, para Jacob que no dejaba de recordar algunos episodios traumáticos de ese conflicto; después de todo el caos que lo rodeaba, descubre la dolorosa verdad que lo conducirá a un descanso perpetuo.

Con escenas espeluznantes y con excelentes actuaciones, La escalera de Jacob es una de la películas que no puede caer en el olvido; es una obra que debe ser vista más de una vez para entender que al final de la vida habrá una escalera y que cada uno tiene la decisión de ascender o descender en ella.