La boca del miedo: ¿Y si somos parte de una obra de terror?

La película del año 1995 del director John Carpenter, La boca del miedo, (en inglés, In the mouth of madness), es más que un simple filme: Es un análisis filosófico hecho a imágenes.

La boca del miedo, película de 1995

La película aborda el tema de la ficción, de la locura y cómo las obras literarias de terror pueden llegar hacer parte del mismo lector. Y esto es lo que precisamente ocurre cuando John Trent, interpretado por el actor John Carpenter, un investigador cínico e irónico, es contratado para hallar al escritor Sutter Cane, quien ha desaparecido y cuyas obras literarias de terror hacen que los lectores sufran ciertos comportamientos extraños y con fuertes visiones sobre lo que ocurrirá dentro de la historia de los libros, hasta llegar a involucrarse como uno de los personajes. Es como si el mismo Cane estuviera escribiendo sus obras y todos sus seguidores fueran parte de ellas. 

Este interesante guion, junto con una poderosa intervención Lovercraftiana y con tintes de Stephen King, La boca del miedo es una gran cinta de terror, porque no hay nada más temeroso que saber que la realidad en que vivimos es una historia que está siendo escrita y que cada accionar es una escena de miedo. Trent, como algunos, se da cuenta que es parte de la función, que es un actor más, que no puede salirse de la trama, y no tiene otra opción que seguir con su papel en la obra de Cane. 

Como el sueño que se fuga al entrar la mañana con su vigilia, en este caso, no hay un método para escapar de la alucinación, del espanto y de los horrores, puesto que es el mundo impuesto al que uno está obligado a vivir, sin encontrar una salida para liberarse de tanta tensión y miedo. Es un sueño eterno y constante. 

Esta gran película provoca múltiples interpretaciones, hasta llegar a hablar de filósofos como Nietzsche o temas como el psicoanálisis de Sigmund Freud, sin embargo, hace que se explore la idea de que la ficción no está tan lejos de la realidad, y todo lo que los autores, en este caso de terror,  escriben en sus novelas son hechos simbólicos de la misma realidad, con distintos matices que se vuelven fantasiosos.

¿Qué tan real es nuestra vida? ¿Quién estará escribiendo esta obra en donde nosotros somos los personajes y que cada movimiento es una escena más de ficción?


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